domingo, 3 de junio de 2012

¡Descubrí a la vieja narigona!

¡La descubrí! ¡Al fin la descubrí!

Lo que describí fue la mejor aproximación que pude notar. Pero la primera que vi, y la que siempre veía, era esa misma, pero la mandíbula de la joven sería... ¡una sonrisa mal dibujada!


Durante tantos años había estado viendo a esa foto con renuencia. Desde que la vi por primera vez, a los 8 o 9 años quizá, pude ver a la dama joven mirando a algún horizonte, y miraba con algún tipo de indignación a quienes señalaban a "una anciana narigona". Todo el tiempo creí que era un dibujo mal hecho, un arte mal'logrado que por suerte y una pobre y conformista aceptación de los públicos a través de la historia, había logrado hacerse pasar por arte ilusorio óptico.

Todos los que lo veían, señalaban mucho a la anciana narigona: "este es su ojo", me decían, "y este, que es el mentón de la chica joven, es la gran nariz de la anciana".

Yo no hacía más que verlo y exclamar para mis adentros cómo es que habían aceptado a esa señora con cara de tortuga como un verdadero ejemplo de una ilusión óptica. Cuando intentaba ver a la anciana, lo único que veía era la oreja de la joven como un pésimo ojo de la anciana: solo la bolita, y una curva para trazar el resto del ojo. Luego me decían que el mentón era la gran nariz... pero yo no comprendía que la anciana estaba mirando de perfil. Creó que era una foto de cara completa con perspectiva, es decir, el ojo de la joven era el otro ojo de la viejita, y estaba mal hecho. Pero la nariz... ¡la nariz! La concebí como un arte completo, asumí que esa era TOOODA la nariz, cuando era solo el perfil. De modo que pensaba con mucha indignación cómo aceptaban a ese ser mal'forme, hembra, con una nariz de tortuga enorme ¡y sin boca!, como arte.

Porque yo nunca vi la boca. Para mí el cuello de la vieja empezaba en el mismo lugar donde comienza el cuello de la joven: ¡en el cuello! Lo único que cambiaba era que la mandíbula de la joven se convertía en una nariz de tortuga mal'forme para la vieja y ya, sin boca y con el cuello comenzando y terminando por el mismo lugar.

Hasta ahora me topé con la imagen otra vez, y probé, solo por ociosidad, ver a la vieja. Enfoqué la imagen en blanco y negro y decidí probar otra cosa: en lugar de centrarme buscando la cara de la vieja, me pondría a ver los sitios sin importancia de la imagen, a mirar los detalles y mirar la imagen de una forma algo desenfocada. Mi atención estaría dirigida a todos los lugares, excepto al rostro. En algún momento, me detuve a mirar y mirar el cabello de la joven, hasta que la imagen apareció, la vieja se mostró, como una revelación que aparece donde antes no había nada.

Mi cara fue de: =O

Me quedé observando unos momentos a aquella vieja, que NUNCA había visto antes. Lo juro, por más que lo intentaba, solo veía a una viejita de cara chica y nariz enorme de tortuga, no a una anciana narigona con barbilla grande.

Tomé la imagen y la coloreé para recordarme esto a mí mismo y mostrárselo a los pocos, pero sé que están por allí, que no logran ver a aquella anciana narigona:


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